El riojano Javier Zabala jugará su primera final de primera tras vencer por 22-13 ante Peio Etxeberria en el Atano III de San Sebastián.
Comenzaba la segunda semifinal en el Atano III con el duelo entre Peio Etxeberria y Zabala, con el favoritismo del navarro, pero el riojano llegaba tras vencer a Altuna y quería volver a dar la sorpresa.
Entró muy serio al partido Zabala, pese a que Peio Etxeberri sumó el primer tanto, Zabala comenzó a mover mucho la pelota y hacer daño con el saque para irse 1-5 en el marcador. Recuperó el saque Peio Etxeberria por una falta de saque del riojano y comenzó a dominar y sumar los tantos para ponerse 6-5, moviendo a su rival.
Tacadas en ambos lados
El partido se igualó y hubo tramos donde ambos pelotaris llevaron la iniciativa, una nueva tacada azul puso el 6-9 en el marcador y otra colorada el 11-9.
Pero en este momento del partido Zabala tomó el mando del mismo, siguió haciendo mucho daño con el saque y le dio mucha velocidad a la pelota para ir sumando poco a poco tantos.
Zabala acaba muy bien el partido
Al primer descanso se llegó 11-12 con todo por decidir, pero Zabala siguió dándole mucho a la pelota. Sacó una barbaridad y Peio Etxeberria no supo pararle. Al segundo descanso se llegó con el 13-18 en el luminoso.
Tras el segundo descanso, un saque, un gancho, una dejada y una volea finiquitaron el partido con un Zabala que jugará el 7 de julio su primera final individual en primera, la del Cuatro y Medio de San Fermín.
Zabala:
«He creido en mí y estoy disfrutando mucho».
«Es un regalo increíble poder llegar a la final, voy por el buen camino y hay que seguir».
«Peña es un gran pelotari, pero tengo que centrarme en mí».
Estoy totalmente de acuerdo con la crónica del partido y como riojano que soy me alegro por Javier Zabala. Sólo un apunte cuando sacaba el riojano ganando por 1-5 cometió su primera falta de saque, y a mi entender se produjo porque el tanto anterior fue muy peloteado y llegó a sacar sin estar recuperado del todo: ahí el botillero debería haber gastado más tiempo (esto no se controla de forma tan rigurosa como en el tenis) y con la excusa de elegir pelota u otras formas de perder el tiempo que utilizan otros grandes pelotaris, llegar al saque al 100%.