Entrevista a Iker Elizegi donde nos cuenta su experiencia con la pelota desde niño hasta que deja de ser pelotari profesional con unas declaraciones polémicas.
Lo primero Iker, eskerrik asko por la entrevista. Cuéntanos, ¿cómo empezaste con la pelota? ¿Dónde?
Yo he vivido siempre al lado del frontón (Asteasu, Gipuzkoa). Todos los días al acabar las clases íbamos al frontón. En la misma escuela también jugábamos a pelota. Es mi afición desde chiquitito, lo he llevado en la sangre. A los 5 años empecé en Eskola Kirola (Deportes escolares) y con 9 fui a Aduna donde nos juntábamos los chavales de mi edad de nuestra zona. Luego fui a Andoain y ya en 2018 firmé un precontrato con Baiko y en 2020, con 20 años, debuté en la pelota profesional.
¿Cómo es eso de firmar un precontrato? ¿Qué implicaba?
A veces algunos firman directamente, otras veces, como yo, entramos en su radar antes. Con 18 años me ofrecieron y te dan entrenamientos, te dan médicos, también algo de dinero. Al final te dan una formación a cambio de firmar con ellos.
¿Cómo viviste esos años de joven y ya luego con precontrato? ¿Sentías presión por ganar para debutar?
No, la verdad que hasta los 17 o 18 años jugaba poco a pelota. Ahí crecí bastante físicamente, en tres años gané 18 centímetros. Todo vino encaminado, en 2018 gané varios torneos y sin presión. Lo cogía como afición, iba a gusto al frontón, disfrutaba y los resultados llegaban, así que fue todo perfecto.
Debutas como profesional en 2020, ¿qué tal esos primeros meses y años?
El primer año me tocó sufrir bastante. El cambio de ritmo, de material, los rivales… Si tienes un mal día te pisan. El primer año con Arteaga en el campeonato (parejas 2021 promoción) sufrí mucho. Hicimos un mal campeonato y fue un año con dudas. Luego remonté un poco, hice un buen verano y para el campeonato de parejas de 2022 junto a Bakaikoa llegamos a la final. Fue un año espléndido, gocé mucho de la pelota. Luego ya vinieron las lesiones y se complicó todo.
¿Qué pasó después de ese campeonato?
Ya en 2022 empecé con el dedo blanco, la lesión que tanta guerra me ha dado. Iba rastras con eso y cuando empezó el campeonato de 2023 sólo pude jugar 6 partidos de 14 con Zubizarreta. No me permitía jugar, fue un año muy duro y el primer gran batacazo de mi carrera.
¿Cómo fue esa lesión del dedo blanco?
Siempre hay niveles en cuanto a la circulación de la mano. En mi caso me pasaba que jugaba un partido, íbamos 10 iguales y yo seguía con la mano helada. Cada pelotazo que le daba sentía como que me entraba un cuchillo en la mano y era imposible jugar así. Sufrí mucho. Nos contó encontrar la solución hasta que fui a Barcelona y me la encontraron allá pero, hasta entonces fue muy duro.
¿Cuándo encuentras la solución?
Empezamos con la empresa a buscar la solución. Antes operaba Letamendia pero ya en ese momento estaba jubilado y no operaba. Probé con masajistas y fisios pero no me daba resultado. Luego también probé con medicación, que en verano me servía algo pero luego en invierno no. Acudí a un masajista de Beasain, Xeber, y él me decía que seguro que algo podríamos hacer. Movió todo lo que se podía mover, hizo todo lo posible por mí y al final contactó con un cirujano plástico de Barcelona. Y por suerte Marc (el cirujano), me operó los dedos.
¿Y qué tal después de la operación?
La verdad que no he tenido casi ni tiempo para probar (se ríe). Me operaron en octubre de 2024, estuve cuatro meses parado y para cuando empecé ya se me acababa el contrato. Fue muy duro al principio, porque al final una lesión de dedos, de manos… te da mucho miedo. Pero lo que te digo, con el mal sabor de boca de no probar la mano bien.
¿Cuándo volviste a estar plenamente recuperado?
En enero. El 12 o 14 de enero salté a la cancha con todavía muchas dudas. Pero me dijeron que saliera tranquilo, a un tercer partido, sin televisión y la verdad que bien, ganamos. Esas tres o cuatro semanas siguientes fueron bastante bien. Luego tuve un gran susto en Segura porque justó me entró una pelota ahí y se me puso morado el dedo. Por suerte se quedó en un susto. Para cuando me recuperé bien era febrero y ya para marzo se me acababa el contrato.
¿Ahí todavía tenías esperanza de que se te renovara?
Fue un proceso de muchos altibajos. Al principio cuando me operaron pensaba que esa operación era por algo. Que querían que me pusiera bien para seguir. Yo lo cogí con mucha ilusión. Luego vinieron las dudas… de que si, de que no… Renovaron a Bakaikoa, Aguirre y Ugartemendia pero a mi no. Estaba dándole vueltas a la cabeza todo el rato. Después de eso me pusieron unas pruebas físicas en Bilbao y ya entonces pensaba que sí, que no me iban a hacer unas pruebas físicas en Bilbao para luego echarme. Luego fui a la oficina y me dijeron que no estaba renovado… Fue un golpe pero lo asimilé rápido y le he dado la vuelta bien.
En el momento de tu retirada diste unas declaraciones después del partido que tuvieron mucha repercusión. ¿Cómo las valoras ahora que ha pasado un tiempo?
Ya me dijeron algunos haber si las había dicho de calentada. También lo dije el día de mi despedida, son palabras que he dicho de corazón, con cabeza. Al final es lo que he vivido en mi carrera profesional y estoy orgulloso de lo dicho porque es verdad. Lo dije de corazón y con el respeto máximo posible a los demás. Estoy a gusto con las declaraciones.
Cambiando un poco el rumbo de la entrevista, ahora que te has retirado, ¿cómo definirías qué es la vida de un pelotari?
Será difícil tener una vida mejor que la del pelotari (ríe). Al final sólo entrenas dos horas al día, tienes un grupo de amigos con los que vas a lo que te gusta. Yo entrenaba físico con Zubizarreta, Peña y Albisu. Al final era un grupo de amigos, entrenabas un poco, sudabas, unas risas… También tenías mucho tiempo libre para lo que quieras, para estudiar, para trabajar si quieres, para estar con los amigos. Es la vida perfecta que cualquier chaval pelotari quiere. La verdad que es una gozada.
Para la gente que no sigue tan de cerca la pelota, ¿cómo son los entrenamientos? ¿Cuánto vais al frontón?
La cosa es que la pelota no tiene un calendario tan planificado como el fútbol por ejemplo. Nosotros (los pelotaris de segunda) muchas veces hasta el lunes no sabemos si jugamos ese finde. Entonces el lunes siempre metemos entrenamiento físico, menos si hemos jugado el domingo anterior que hacemos recuperación. El martes hacemos frontón y el miércoles físico. Luego ya depende de qué día jugamos. Si lo hacemos el viernes, el jueves no entrenamos por ejemplo. Al final cada semana vamos planificando.
Si tienes contrato profesional no puedes trabajar de otra cosa, ¿no? ¿Entonces en qué ocupas el resto de tiempo libre?
Por suerte eso ya lo cambiaron. Antes no dejaban hacer otros trabajos, ahora por suerte eso ya cambiaron. Si puedes acudir a los entrenamientos físicos y no te repercute en tu nivel puedes hacer otros trabajos. En mi caso me he dedicado a estudiar magisterio. He sacado la carrera de magisterio y otros dos cursos más. Mi tiempo libre he dedicado a estudiar y cuando he podido también a entrenar a los chavales. Eso es lo que quiero retomar ahora.
Y la relación entre los pelotaris, ¿cómo es? ¿Sois amigos, o que al final os estáis jugando el trabajo afecta en algo?
Eso creo que es según como eres. Siempre hay piques en la pelota, igual con algún rival directo. En mi caso no, por suerte me he llevado bien con todos. Cierto es que siempre tienes más afinidad con uno que con otro, pero me he llevado grandes amigos para toda la vida. Lo mejor de la pelota es eso para mí. La txapela ganada o los partidos ganados los vas a recordar, pero los momentos vividos, los viajes a Barcelona… lo recordaremos para toda la vida.
¿Cómo ves el futuro de la pelota profesional?
Creo que están intentando hacer con lo menos posible, lo máximo posible. Las plantillas están reduciéndolas mucho. Antes me preguntabas que había cambiado, cuando yo entré éramos 13 o 14 zagueros en Baiko, ahora hay 10. Están acortando mucho pero hay más competición. Antes no había masters, solo torneos de verano. Ahora creo que la exigencia es máxima y creo que los pelotaris están saturados. Recortar las plantillas tiene cierto peligro. Pero para la empresa sigue siendo rentable, está el Labrit lleno cada sábado, están sacando entradas terriblemente buenas en todo el campeonato. A la empresa al final le da igual, están sacando dinero y cuanto más acorten mejor para ellos.
Si tuvieses la oportunidad de cambiar algo, ¿que cambiarías?
Los primeros, las figuras siempre están mejor cuidadas, por su propios méritos también, pero los pelotaris de segunda… Yo he estado hasta cinco o seis semanas sin jugar. Creo que no cuesta nada organizar en pueblos pequeños festivales y darle continuidad a los de segunda. Porque luego es difícil salir después de cinco o seis semanas parados y dar el callo. Al final eso no les interesa.
Tu entraste en la pelota en un momento donde había una huelga, principalmente por motivos económicos. Un pelotari de segunda cómo fuiste tú, ¿puede vivir cómodamente de la pelota?
Cómodamente no. Ahora subimos con la asociación a 25.000 euros brutos al año, pero son entre comillas, falsos. 25.000 brutos se convierten en 21.000 netos pero esos netos no son reales. No tenemos los desplazamientos pagados y en gasolina gastamos muchísimo. Si alguno tiene nutricionista, no lo tiene pagado. Las zapatillas tampoco nos las pagan. El material, la ropa sí, no nos lo pagan. Los masajistas tampoco te pagan. Si tienes una lesión te abonan un porcentaje. Al final hay muchos gastos que no se ven. En los momentos buenos es bonita la pelota, la vida es como te he dicho la mejor que hay para mí, pero económicamente no hay milagros para un pelotari de segunda.
Si ahora miras para atrás, ¿que ha cambiado en tí desde que debutas con 20 años?
Bueno creo que ha sido un proceso tanto bonito como duro y he crecido mucho como persona. Antes de debutar no había vivido ningún momento duro, igual alguna pequeña pero nada. La verdad en la pelota he recibido muchos batacazos. “Estoy mejor de la mano”, y otra vez caer, otra vez caer. He aprendido que la pelota no es todo, que la vida sigue y que en los momentos difíciles ahí ves las personas que tienes al lado, la gente que te quiere, y eso vale mucho.
Antes me comentabas que estudiaste magisterio, ¿tu futuro va por ahí?
Si, ahora está finalizando el curso de los niños y además este verano quería tomármelo para desconectar. Tengo bastantes partidos y quiero disfrutar de la pelota. Estar con los amigos, con la chavala, que no hemos ido de vacaciones nunca por la pelota. Primero disfrutar del verano y luego ya habrá que empezar a trabajar. Me gusta mi carrera, me gustan los críos y tengo ganas de comenzar la nueva etapa.
¿Dónde vas a jugar pelota ahora? ¿En alguna empresa aficionada o cómo?
Ayer (la entrevista está realizada el 10 de mayo) jugué mi primer partido como aficionado en Urnieta. Luego tengo partidos en partidos de por aquí (en Gipuzkoa) en fiestas. Luego también por Soria, Segovia jugaré. No he firmado con ninguna empresa, voy por libre, si me llaman y quiero ir pues juego.
¿Cierras completamente la puerta a volver a la pelota profesional?
Si, creo que es casi imposible. Además como has dicho, con las declaraciones que hice el día de mi retirada la puerta está bien cerrada. Ya asimilé, ya salté página y ahora a disfrutar de otra manera. Ayer disfruté mucho en el frontón y a disfrutar de la pelota.