Elezkano II ha decidido dejar la pelota debido a las lesiones y problemas físicos que lo tienen en el dique seco hace tiempo, ha comunicado que no volverá a jugar más.
El delantero de Zaratamo, Danel Elezkano, de 30 años, obligado a dejar la pelota a todos los niveles. Los médicos le han aconsejado que no vuelva a jugar a pelota, ya que no sólo podía afectarle a nivel deportivo, sino también personal.
COMUNICADO ELEZKANO II:
Estimados y estimadas pelotazales:
Me dirijo a vosotros/as para comunicaros, a través de estas palabras y con gran dolor por mi parte, que, por motivos de salud, me veo obligado a dejar de jugar a pelota. No podré jugar más, ni profesionalmente ni de otra manera. Mi cuerpo me pide a gritos que es hora de parar.
Como sabéis, este último año ha sido un infierno para mí. He sufrido muchísimo. He pasado meses de médico en médico por diversas lesiones y dolencias y sin poder encontrar la solución que a mí mismo me hubiera gustado. Las lesiones han empeorado y me afectan no solo al deporte, sino en el día a día.
A pesar de la tozudez con la que he intentado volver, a mis ganas de jugar siempre, no le acompañaban mis condiciones físicas. No puedo seguir adelante, y aunque me hubiera gustado despedirme de otra manera, en la cancha, no será posible. De todas formas, no necesito una despedida, porque el cariño que he recibido en los últimos años en los frontones es suficiente y sobra para mí. Os aseguro que he intentado devolver ese cariño con todo lo mejor que tengo dentro.
Las previsiones de los/las médicos se han cumplido y el diagnóstico es claro. He visitado a los/las mejores especialistas y, todos/as me han advertido de que el esfuerzo que supone jugar un partido más es fatal para mi salud. Tengo la tranquilidad y la suerte de estar en las mejores manos, y eso ha derivado en tomar una de las decisiones más difíciles de mi vida.
Están siendo momentos y días duros; pero bonitos a la vez, porque soy consciente que durante todos estos años he conocido a muchas personas y he recibido su cariño. Los recuerdos son numerosos, constantes, porque la pelota ha sido mi vida. Aquel niño que nació con una lesión en el brazo nunca hubiera imaginado la trayectoria que ha tenido, ni vivir los momentos que ha vivido (el día del debut, tres finales del parejas, dos txapelas, tres semifinales individuales, torneos de verano y otros tantos partidos e historias). Ha sido fantástico. Un sueño. Por eso quiero agradecer de corazón a todos y todas los/las que me han acompañado en este camino.
A los/las pelotaris con los que he jugado tanto como pareja o como rival desde pequeño, porque todos/as me han acogido con respeto y cariño. Al club Adiskide de Galdakao, por el trato recibido durante mis años allí, y a Mikel Etxegia, por todo lo que me enseñó. A mis preparadores físicos, Aitor Erauzkin, Josetxo y Volker Tarnow, y a sus equipos de trabajo. A Ekhi, por su ayuda desde la silla y a los/las fisios, médicos y trabajadores/as del mucho del deporte que he visitado en este camino.
A Asegarce por darme la oportunidad de cumplir el sueño de cualquier niño/a que empieza a jugar a pelota con cuatro años preciosos; A Aspe por la confianza que depositaron en mí, especialmente a Fernando Vidarte. A los/las trabajadores/as de estas empresas: a los/las de la oficina, a los/las responsables de prensa y frontón, a los equipos médicos, masajistas, jueces/zas, a los medios de comunicación… y cómo no, a todos y cada uno de los compañeros que he tenido allí. Ha sido un placer. La pelota sólo me ha dado amigos/as y eso es lo mejor que tiene este deporte.
A la afición. Los y las pelotazales hacéis grande la pelota, sois el tesoro de este nuestro deporte y ha sido un placer para mí jugar con el frontón lleno.
Gracias a los/las amigos/as y, sobre todo, a la cuadrilla por estar siempre ahí. Porque me he sentido muy querido en los buenos momentos, pero más si cabe, en los momentos difíciles. Nunca he echado en falta vuestra ayuda y esa es la mayor victoria que me llevo conmigo.
Y por último, a la familia. A padre y a mi hermano, que son las personas que más me han enseñado de pelota mano; a mi ama y a Lore por su protección, a aitite, a mis amamas, a la tía, familia polica… y a Marta, mi mujer, por su capacidad para ver siempre un rayo de luz en la oscuridad y apoyarme. Me ha tocado la mejor familia que podía tener y soy muy afortunado. Este camino no hubiese sido lo mismo, sino lo hubiera recorrido con vosotros y vosotras al lado.
He dicho que la pelota me lo ha dado todo, pero no hay nada como sentir el cariño y el calor de los/las que te rodean en cada pelotazo. Esa es mi txapela más grande.
Gracias de corazón.
Desde 21iguales le deseamos la mejor de la suertes en su nueva etapa porque se lo merece. ¡¡Mucho ánimo!!